Desafío superado

Rubén Bravo
Lunes, 6 Mayo, 2019 - 09:22

Y llegó el Desafío, la prueba por la que empezamos este blog, la afrontaba con muchas ganas aunque con cierta incertidumbre ya que es una prueba de larga distancia y prepararla en 5 semanas partiendo de casi cero es ya de por sí un desafío si a ello le sumamos que quería mejorar mi mejor puesto anterior de cuarta posición cuando la prueba era internacional y encima cualquier mejora no me valía porque quería hacer algo especial para Mara, el reto se presentaba difícil “pero nunca nadie dijo que fuera fácil”.

Comenzamos con el viaje a Sanlúcar el viernes, un viaje que empezamos tarde porque tenía que cumplir con el trabajo en el Real Club Mediterráneo, llegamos a las once de la noche cansado de todo el día ajetreado, está claro que no es la mejor puesta a punto pero lo primero es lo primero y hay que cumplir con las obligaciones y más cuando uno es nuevo y se están portando muy bien con él.

Empezamos el Desafío, a las 9.00 con la salida neutralizada por Sanlúcar durante 6 ó 7 kms hasta que salimos del pueblo, son quizás los momentos de más tensión que vivimos en la prueba tanto mi hermana como yo ya que al entrar tarde en el box de salida estábamos muy atrás y nos tiramos todo el tramo neutralizado adelantando posiciones, incluso rodando por la acera, con el peligro que conlleva que te salga alguien de una casa, pero no pensábamos perder nuestras opciones en la salida, a falta de un kilómetro ó kilómetro y medio para que terminara el tramo neutralizado estábamos ya metidos en la segunda o tercera línea de la cabeza de pelotón, así que salvado el primer punto complicado de la prueba.

Banderazo de salida.

Desde el principio el ritmo era muy rápido y mucha gente fresca que hace que en algunos momentos sea peligroso ya que todos quieren estar delante. Momentos en los que por la autovía llegamos a rodar a 65 km/h cuando se estiraba el pelotón por algún cambio de ritmo, el ver que no había ningún puerto, lo más pequeños repechos y fuertes ritmos, me hacía confiar en que estando atento llegaría en el grupo de cabeza sin problemas, lo único atender algún tramo complicado como el que había a la altura del km 38 en el que la carretera era bastante mala y se podían producir cortes como sucedió en ediciones anteriores, también iba atento a María que rodaba siempre cerca mía y no veíamos ninguna chica más, ni si quiera de relevos, lo cual nos hacía pensar que la carrera la llevaba bien encaminada, ya que ella está muy fuerte a pie como viene demostrando últimamente. Con todo esto, pasan los kilómetros y a partir del 50 empiezo a notar mi falta de ritmo de carrera y noto como los cuádriceps me empiezan a amagar, entonces tiro de experiencia y voy saliendo a todos los palos muy progresivamente que casi me van llevando en el grupo sin yo tener que hacer cambios de ritmo. A partir de estos kilómetros el ritmo hace que el grupo sea cada vez más reducido y se produzca una selección natural, con lo que llegamos a la T1 un grupo de cabeza de 42 unidades, de los cuales muchos eran de relevos.

La natación.

Empieza el punto crítico de la prueba, de entrada lo afronto de manera conservadora ya que con 5.000m de natación en todo el año hubiera sido como inmolarse, así que me pongo el neopreno perdiendo unos pocos de minutos y empezando a dilapidar mis opciones de ganar la prueba, puesto que pierdo 4 ó 5 ó 6 minutos en ponerme el neopreno y le añadimos el par de minutitos buscando mi bolsa porque ni si quiera me dio tiempo a mirar donde estaba mi sitio en los boxes, lo cual me hace sentirme más perdido que una chiva en un garaje. Me tiro al agua y empiezo a un ritmo cómodo más que ná porque en esta prueba con los segmentos cambiados los calambres suelen hacer acto de presencia en esta parte y no han pasado 500 metros cuando la pierna izquierda se me queda totalmente cogida, vuelvo a tirar de experiencia y no paro ni un segundo aunque adapto el estilo a las circunstancias ya que esa pierna momentáneamente estaba “fuera de servicio”. La fuerte marea hace que sea muy difícil salir por la bandera y la mayoría salimos como 100 metros más abajo. Salimos del agua y la pierna vuelve a estar operativa y llego a la T2 sin mayores complicaciones. Como anécdota, cuando cojo la bolsa para la transición saco los calcetines perfectamente doblados hechos una bolita, que para el cajón están muy bien pero para una transición rápida no era lo mejor.

La carrera.

Salgo pensando que aunque haya perdido mucho tiempo, el objetivo de ganar es posible, pero siempre con la duda de como respondería mi cuerpo después de todo lo que llevaba y los 30 km que me esperaban, además el estar un poco desconectado del triatlón me hace desconocer el nivel de la mayoría de mis rivales. Me dicen que salgo el 12 del agua, empiezo a correr a mi ritmo y el garmin me dice que no es el que esperaba, yendo entre 4´20´´ y 4´40´´, con casi dos años sin hacer un triatlón empezar fuerte desde el principio hubiese sido milagro. A pesar de que el ritmo no me gusta sigo ahí con la esperanza de que la prueba es larga y los de adelante puedan flaquear. Me cruzo con los primeros y tengo un sentimiento contradictorio, ver el ritmo que llevaban me hace ilusionarme ya que el efecto óptico hacía que me pareciera que iban lento, pero no entiendo como me llevan casi 8 minutos los tres a mitad de prueba, así que si ellos no iban rápido yo iba más lento todavía, giro y de repente parece que mis piernas se sueltan, seguro impulsadas por Mara, y paso a correr a 3´50´´ – 3´55´´. Hago cuentas y me ilusiono pensando que a este ritmo, con los kilómetros que me quedaban, el podium era posible aunque difícil. Según me cruzo con los demás triatletas, las miradas de sorpresa y los ánimos de que te dicen que vas mucho más rápido que ellos, te hacen no darte por vencido ni aún vencido y mantengo el ritmo hasta que veo la silueta de los dos que iban juntos, lo que me hace ver que lo que parecía imposible en el punto de giro está a tiro de piedra y aproximadamente a un kilómetro de meta pillo al tercero y, a falta de 600m, al segundo. Finalmente cruzo los últimos metros relajado y disfrutando de ese pasillo en el que recibes el cariño del público y confirmando que, como decíamos en el vídeo, ESTAMOS DE VUELTA.

Fuente: http://www.rubenbravo.es/2015/09/20/desafio-superado/